Los textos expositivos tienen como objetivo informar y
difundir conocimientos sobre un tema, de modo que el emisor organiza el texto
con una finalidad general informativa y/o explicativa y con la cara intención
de que el receptor pueda comprender el mensaje. Los temas suelen ser muy
variados: ciencia, tecnología, arte, literatura, filosofía etc… Los textos
expositivos pueden ser escritos y orales y pueden ir dirigidos tanto a un
público especializado como a unos receptores heterogéneos. Ambos factores
tendrán repercusión en la disposición y la ejecución del texto.
Características generales
Los textos expositivos se caracterizan por su objetividad y
rigurosidad. Para obtener una mayor claridad deben prescindir de todos los
elementos lingüísticos innecesarios y establecer un orden lógico en la
exposición de las ideas. Asimismo, integran un léxico específico, preciso y
denotativo que permite al emisor concretar la información expuesta. Emplean
oraciones enunciativas en tercera persona del singular, oraciones impersonales
y pasivas reflejas, y usan el modo indicativo. Por lo general, los textos
expositivos se elaboran en un registro culto, aunque este puede alternarse con
un registro más coloquial dependiendo del tipo de receptor al que se dirijan.
Los textos expositivos suelen incluir definiciones que
permiten aclarar conceptos, clasificaciones que logran organizar la información
expuesta y comparaciones y ejemplificaciones que facilitan la comprensión del
texto. La selección de la información que efectúa el emisor acostumbra a
organizarse en tres parte: la introducción, el desarrollo y la conclusión. La
introducción presenta el tema o asunto de la exposición y suele redactarse en
un único párrafo que plantea las ideas principales que desarrollará el texto,
el desarrollo expone los datos, las informaciones y explicaciones que se
consideran oportunas para el tema y la conclusión resume el texto y recapitula
las ideas principales y las conclusiones a las que se ha llegado en cada una de
ellas.
En la exposición escrita es necesario cuidar y atender la
sintaxis, la precisión y la riqueza léxica. Entre los textos expositivos
escritos se incluyen los que contienen las enciclopedias, los artículos
especializados, etc…mientras que entre los textos expositivos orales destacan
la conferencia, el discurso, la presentación…
Los géneros expositivos
Los textos expositivos pueden ser divulgativos o
especializados.
Los textos divulgativos informan sobre un tema particular
haciéndolo accesible a un receptor amplio, al que no se le exige un
conocimiento previo sobre el tema expuesto. Los temas pueden relacionarse con
la cultura, la ciencia, la tecnología etc…y se transmiten en enciclopedias,
manuales, libros de texto, periódicos etc.
Los textos especializados informan sobre un tema de un modo
muy detallado y específico. Esto implica que el receptor posea un conocimiento
extenso sobre ese tema. Los temas de estos tipos de texto suelen ser muy
variados y acostumbran a publicarse en medios especializados como revistas,
tesis, informes etc.
El discurso
El discurso es la exposición sobre algún tema concreto que
una persona lee o pronuncia en público. Este tipo de textos pueden ser
relativamente improvisados, a partir de un guión, o bien leídos, partiendo de
un texto previamente escrito. En ambos casos debe exigirse la corrección
sintáctica y la precisión léxica, además de una buena puesta en escena.
El emisor del discurso se dirige a un receptor que puede o
no tener cierto conocimiento sobre el tema expuesto. El tema puede ser muy
variado, así como el motivo por el que se pronuncia el discurso.
La intención del emisor puede ser por esta razón muy distinta,
pero, en general, intentará entretener al auditorio, convencer o argumentar sus
afirmaciones y exposiciones, e incluso persuadir a los receptores. Existen
diferentes tipos de discurso, según el motivo por el que se pronuncian.
Destacan especialmente:
El discurso informativo, cuyo objetivo principal es
transmitir una información sobre distintos temas. En él no se incluyen
anécdotas personal, sino que se busca la máxima objetividad. Incorpora un
vocabulario preciso y técnico y no permite el uso de verbos en primera persona
del singular. Los discursos académicos y forenses pertenecen a este tipo de
discurso.
El discurso de entretenimiento o social, cuyo objetivo
principal es lúdico o, dicho de otro modo, divertir o amenizar un evento.
Generalmente, en este tipo de discursos el emisor emplea un léxico irónico o
humorístico en función de su finalidad (agradecer, presentar, entretener etc.)
e, incluso, literario. Es habitual el uso de la primera persona del singular.
Se incluyen en este tipo de discursos los brindis, las presentaciones o las
inauguraciones.
La estructura del discurso es más libre que la de otros
géneros expositivos. A pesar de que debe presentar un orden en la progresión
temática, cada autor organizará el texto de un modo distinto. La estructura
cerrada es la más común, de modo que el emisor, generalmente, ordenará la
información en una introducción, un desarrollo y una conclusión.
La introducción tiene como objetivo presentar el tema o
asunto que se va a exponer. Debe ser breve, clara y cautivadora para llamar la
atención del oyente.
El desarrollo tiene como fin exponer el tema o asunto por
extenso. De ser sólido desde el punto de vista temático y extenderse lo justo
para que el tema puede ser comprendido pro el público.
La conclusión tiene como objetivo cerrar el discurso. Debe
ser breve, clara y contundente, y siempre consecuente con lo expuesto con
anterioridad.
El lenguaje y el estilo de cada discurso variarán según cada
emisor, pero todos ellos deberán ser correctos gramaticalmente y usar con
propiedad el lenguaje. Primará la calidad expresiva y el orden lógico de las
ideas. Como casi siempre se trata de un texto escrito expuesto oralmente, es
fundamental tener en cuenta también una cuidada pronunciación, una adecuada
entonación de la voz y el control sobre la información no verbal (gestos,
muecas, posición del cuerpo etc.).
Ejemplo:
La opulencia que caracteriza al mundo
desarrollado contrasta con el atraso y la pobreza en que vive la mayor parte de
la humanidad, casi 3.000 millones de seres humanos. Así, a finales del
siglo XX mueren al año más de cuarenta millones de niños, mujeres y hombres a
causa del hambre y sus secuelas. Forman parte del Tercer Mundo.
________________________________________________Introducción
Este
término, utilizado por primera vez en 1952, designa a una serie de países que
se encuentran en África, Asia o América central y del sur y que comparten, en
mayor o menor medida, unas características comunes: elevado crecimiento de la
población, graves deficiencias en alimentación y salud, bajo nivel cultural,
escaso desarrollo industrial, rentas bajas e importantes desigualdades
sociales.
Sin
embargo, muchos de los países del Tercer Mundo poseen grandes riquezas
naturales. El problema es la falta de industrias de transformación, que les
obliga a vender estas materias primas a los países desarrollados y volvérselas
a comprar ya como productos elaborados. Con ello, los países pobres se
endeudan cada vez más, dando lugar a una situación de dependencia económica que
ha recibido el nombre de neocolonialismo.
_____________________________________________Desarrollo
Así
pues, de todos estos hechos se deduce que el subdesarrollo de estos países
es, en parte, el resultado de su explotación por las naciones desarrolladas y
que la solución exigirá el compromiso político y económico de éstas. De esto
depende no sólo la calidad de vida de los habitantes del Tercer Mundo, sino el
desarrollo equilibrado de la economía mundial.
__________________________________________________Conclusión
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