viernes, 3 de abril de 2015

TEMA 6.1: EL TEXTO ARGUMENTATIVO



El texto argumentativo tiene como objetivo expresar opiniones o rebatirlas con el fin de persuadir a un receptor. La finalidad del autor puede ser probar o demostrar una idea (o tesis), refutar la contraria o bien persuadir o disuadir al receptor sobre determinados comportamientos, hechos o ideas.
La argumentación, por importante que sea, no suele darse en estado puro, suele combinarse con la exposición. Mientras la exposición se limita a mostrar, la argumentación intenta demostrar, convencer o cambiar ideas. Por ello, en un texto argumentativo además de la función apelativa presente en el desarrollo de los argumentos, aparece la función referencial, en la parte en la que se expone la tesis.
El texto argumentativo suele organizar el contenido en tres apartados: introducción, desarrollo o cuerpo argumentativo, y conclusión.
La INTRODUCCIÓN suele partir de una breve exposición (llamada “introducción o encuadre”) en la que el argumentador intenta captar la atención del destinatario y despertar en él una actitud favorable. A la introducción le sigue la tesis, que es la idea en torno a la cual se reflexiona. Puede estar constituida por una sola idea o por un conjunto de ellas.
El DESARROLLO. Los elementos que forman el cuerpo argumentativo se denominan pruebas, inferencias o argumentos y sirven para apoyar la tesis o refutarla.


A su vez, los argumentos empleados pueden ser de distintos tipos:
  1. Argumentos racionales: Se basan en ideas y verdades admitidas y aceptadas por el conjunto de la sociedad.
  2. Argumentos de hecho: Se basan en pruebas comprobables.
  3. Argumentos de ejemplificación: Se basan en ejemplos concretos.
  4. Argumentos de autoridad: Se basan en la opinión de una persona de reconocido prestigio.
  5. Argumentos que apelan a los sentimientos. Con estos argumentos se pretende halagar, despertar compasión, ternura, odio…

La CONCLUSIÓN. Es la parte final y contiene un resumen de lo expuesto (la tesis y los principales argumentos).

Se trata de procedimientos que no son exclusivos de la argumentación, son compartidos por otros modos de organización textual, como la exposición.

El párrafo es el cauce que sirve para distribuir los diferentes pasos (planteamiento, análisis o argumentos y conclusión) contenidos en la argumentación escrita.

Si el texto pertenece al ámbito científico (jurídico, humanidades…) abundan en el léxico los tecnicismos. Si es de tema más general o de enfoque más subjetivo, suele utilizarse un léxico de registro predominantemente estándar.


La destrucción de la capa de ozono

La capa de ozono que envuelve nuestro planeta es como un manto que protege a los seres vivos de los rayos ultravioleta. Pues bien, en el año 1982, los científicos descubrieron un agujero en la capa de ozono sobre la Antártida. Y este agujero ha venido aumentando de forma alarmante durante los últimos años.
Se ha comprobado que la destrucción de la capa de ozono se produce por la liberación de algunos gases, como el monóxido de carbono, el dióxido de carbono y los gases clorofluorocarbonados empleados en aerosoles, disolventes y circuitos de refrigeración de los frigoríficos.
Si el proceso de destrucción de la capa de ozono continuara, se desencadenaría un conjunto de fenómenos de consecuencias catastróficas para la humanidad. Los principales serían éstos:
1. La temperatura de la Tierra aumentaría varios grados, de modo que el hielo de los casquetes polares se fundiría y aumentaría el nivel de los mares. En consecuencia, las poblaciones costeras quedarían anegadas.
2. Las radiaciones ultravioleta llegarían hasta la superficie terrestre con mayor intensidad y, en consecuencia, aumentarían espectacularmente los casos de ceguera y de cáncer de piel.
Por todo ello, urge limitar la fabricación y el uso industrial o doméstico de los gases causantes de la degradación de la capa de ozono. De otro modo, la humanidad se vería abocada a un desastre ecológico sólo comparable a una guerra nuclear.

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